sábado, 11 de octubre de 2008

One...U2-3D....Love



No diré que es el mejor concierto que he visto, pero lo cierto es que me lo he pasado tan bien como cualquier otro.

Las 16:05 horas, 5 personas en la sala. Me siento en mi butaca y... ¡Comienza el Show!. Con mis gafas mágicas recorrí todos los rincones del escenario, me mezcle entre el público, subí a hombros a mi chica, me senté junto a Larry Mullen a tocar la batería, le pedí prestada la guitarra a The Edge (puto Craaack) toqué junto a Adam Clayton y miré a los ojos a bono que en una de esas levantó el brazo derecho con la mano abierta, y yo cual jugador de baloncesto casi la "choco" contra la mía.
El concierto es impresionante, lleno de momentazos; cuando Larry Mullen coloca en medio del escenario las toms (en ese momento pensé; -si tocan in the name of the father pierdo el sentido, lástima, no la tocaron). Bono con la venda en los ojos (coexist), los golpes acompasados de este sobre su pecho, el momento de las banderas o la emisión de los derechos humanos en la sobrecogedora pandalla de leds. La verdad es que todo el concierto es un momentazo. Y en esas llega One y el momento se torna superior, sublime, grandioso, inmaterial... De repente me pregunto si sigo vivo o estoy cerca del cielo, y me palpo el corazón que late cerca del éxtasis.
Después de una hora y media me encuentro adherido a la butaca, me cuesta levantarme y salir de ahí al mundo real, y me pregunto que he visto, que he sentido. Es real o fue un sueño. Todavía hoy lo flipo.

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