Cada día es distinto. Algunos nos levantamos más sensibles, otros nos despertamos con más o menos ganas de trabajar e incluso me atrevería a decir que en ciertas ocasiones damos la bienvenida al día con alguna desconfianza. En la radio aprendí muchas cosas, pero si hay algo que queda reflejado en tu quehacer diario es el estado de ánimo. Cuánto más intensifiques tu estado de ánimo mayor es tu capacidad para crear, imaginar y relacionarte con los demás. Hoy un compañero soltó en plena redacción “Noto que me duele el cerebro…” Veamos; el cerebro, aparte de tejidos bioeléctricos interconexos que reaccionan bajo transmisores de interacción neurológica y más leguaje engorroso y enrevesado, es el núcleo de todas y cada una de las respuestas del humano ante cualquier situación. El cerebro puede localizar, situar, ordenar y diagnosticar cualquier elemento anómalo en cada punto de nuestra masa humana, pero que el propio cerebro se autoanalice y en esa confusa ramificaciones de entrelazados caminos pueda urdir una ruta para conectar y enviar una respuesta a si mismo y reconocer una sensación, estarán conmigo que es casi imposible. Mucho me da que a mi compañero le afecta en demasía las herramientas informáticas. Probablemente tenga la capacidad para hacerse a si mismo un scandisc, o quizás haya desarrollado la posibilidad de realizarse una desfragmentación para colocar cada cluster en su lugar correspondiente y así reconocer el error adecuado. La criatura en cuestión, es decir, mi compañero llevó no hace mucho su portátil al trabajo con el ilegal objeto de instalar el antivirus registrado exclusivamente para nuestra empresa en su equipo, al pedirme ayuda no sólo me llamó la atención una especie de cable rematado en un extremo usb y al otro una forma de clavija negra, gruesa de forma cilíndrica y alargada que conservaba en la mochila, sino que advertí de un icono en el escritorio del portátil que respondía al nombre de autoanálisis humano. No miento si manifiesto mi curiosidad por el nexo de ese extraño cable en unión al icono. Evidentemente ahora lo entiendo todo, al igual que los automóviles tienen un sistema de diagnosis que conectadas a un software especial detecta cualquier problema, mi compañero se conecta a su equipo vía usb introduciendo esa clavija en forma de falo por el recto, de esta forma con su programa “autoanálisis humano detecta y localiza cualquier anomalía en su seso. Lo cierto es que es la única explicación para evaluar que le duele el cerebro. |
jueves, 30 de octubre de 2008
Autodiagnosis por la Retaguardia
Publicado por J.B. en 10:21
Etiquetas: Mis Comentarios
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4 comentarios:
jaja. Me imagino a quien te refieres.
Yo también me lo imagino... Ese compañero tuyo (y mío) es raro, raro, raro... Seguro que utiliza el cable usb para más fines que autoanalizarse... jajaja
Ya se quién es...
caray! cuanto anónimo
Te leo eh?
Un abrazo
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