
Comodidad Interna Vol I
[...]Maldiciendo mi suerte, me llevo las manos a los bolsillos y los palpo vacíos. Mientras el revisor se acerca amenazante, me escabullo como puedo escondiéndome para bajarme en la próxima estación, curiosamente a 3 kilómetros de esta. Regocijándome en mi habilidad para escaparme de las garras del supervisor, me bajo y camino hacia el centro de la ciudad buscando una solución al problema. Sin llaves, sin cartera, sin dinero, sin móvil y con la puta tira del tanga sollándome el orto, el plan era de lo más apasionante. No podía contar con mi chica porque ella trabajaba a 30 kilómetros de la ciudad. La única posibilidad era dirigirme hacia el gimnasio donde fiado podía comprar algo de ropa de deporte y descargar con peso la tensión acumulada del maravilloso día. Hecho una piltrafa me siento en los amplios sillones, hoy más cómodos que nunca para descansar después del tortuoso camino.
Entro en los repletos vestuarios, abro mi taquilla personal introduciendo mis 4 dígitos de acceso y tomo el gel de baño para darme una ducha reparadora. Mirando hacia todos para que no descubran mi belleza interior me bajo los pantalones a la velocidad del rayo, en esas se me traba en los tobillos, me desequilibro y dando botecitos para mantener la verticalidad beso el suelo dejando mis blancos glúteos decorados con una monísima tira roja de encaje. En posición de decúbito prono, el momento se me hace eterno, maldigo mi suerte y lentamente miro hacia arriba sabiendo que iba a ser el centro de atención. Con dignidad me levanto enseñando a todos la maravillosa inscripción que decora la tira delantera de mis tanguitas "Eat me", me las quito escondiendo la zona de la tira de roce con el ano, por si acaso... y entro en las duchas dispuesto a limpiar mi mala suerte de una vez por todas.
Dejo que el agua caliente caiga con fuerza sobre mis hombros con el objetivo de relajar los músculos. En ese momento noto un roce y al abrir mis ojos rojos por el vapor veo un chico que me mira y me dice al oído "ai guant tu it yu", sin tiempo a reaccionar, sin posibilidad de articular palabra alguna noto una sensación placentera que recorre mi cuerpo comenzando cerca del vientre bajo y terminando en... en... en... ¡Relax total, el súmmun del clímax!
Relajado, desfallecido y fatigado por el fastuoso momento voy en dirección a la sala de musculación cuando el monitor me dice que hoy toca seguimiento físico. -Entra en el despacho y quítate la ropa. Analizando el Deja vu que acabo de tener y pasando de todo me quedo en tanguitas esperando a que el musculoso monitor midiera mis miembros. Con asombro veo que el instructor ni se inmuta, hace su trabajo, mide mis músculos y me informa de mi progreso físico.
Cansado de tanto esfuerzo, hoy más machacado que otras veces, salgo del gym dispuesto a llegar a casa y esperar en las escaleras a mi chica. En esas veo al ladrón con mi maleta de deporte en las manos, corro hacia él con el objetivo de descargar mi furia y recuperar mis pertenencias. le empujo, me mira despavorido, suelta la bolsa y sale corriendo sin destino aparente. Satisfecho al comprobar que he recuperado todas mis cosas y sobre todo por el cambio de suerte después del momentazo de la ducha, me acerco a mi casa cuando veo que en el piso hay luz. Abro, entro y refugiado en mi hogar sonrío a mi chica que hoy y sin que sirva de precedente tiene la cena preparada...[continuará]
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